Hace ya un año que por fin (¡¡POR FIN!!), conseguí encontrar utilidad al tema de los valores.
Espero que después de leer esto puedas aprender a usarlos tú también sin necesidad de subrayar valores en listas infinitas plagadas de sinónimos como esta.
La primera vez que intenté adentrarme en este oscuro tema me sentía como Alicia en el País de las Maravillas: parecía que me gustaba pero todo era un sinsentido.
Leí listas de más de 200 valores, y encontré un montón de incoherencias. Las listas variaban un montón, incluso encontré alguna con hasta 400 valores. Imagínate, estuve cerca del derrame cerebral.
¿Sabes qué era lo más frustrante?
¡Seguro que lo sabes! TODOS eran mis valores: Libertad, honestidad, creatividad, amistad, familia… Los 200.
—Muy bien, debo ser una persona muy ética. ¿Y ahora qué maldita sea hago yo con toda esta información sin pies ni cabeza? ¿Todos son mis valores, soy perfecta y ya estaría?
Por suerte, no. Y la información sobre qué hacer con todos mis valores y cómo utilizarlos para vivir una vida mejor, definitivamente no la encontré en internet.
Ni en ningún libro.
La encontré reuniendo un montón de ideas, jugando a un juego y sacando la conclusión que leerás al final (y que espero que te sirva).
TODO lo que vas a leer ahora ha sido conocimiento fundamental para mí. Y si tienes dudas, me las preguntas en comentarios.
1- Qué son los valores humanos y para qué sirven
Cuando hablamos de valores, los simplistas (grupo al cual ya no vas a pertenecer después de leer esto) piensan principalmente en lo que solemos distinguir como valores humanos.
Los que tienen que ver con el ámbito ético-social. Por ejemplo: la justicia, la honestidad, o la generosidad. Todos ellos fundamentales para que una comunidad conviva de una manera más o menos agradable.
Estos valores —prepárate para bostezar— pueden definirse como “bienes que el conocimiento humano posee, acepta y vive.”
Pero claro, si entendemos por “vive” como que guían nuestros actos en nuestra vida en comunidad, pues ya está el lío armado, porque justicia no significa lo mismo para mí que para mi hermano, y eso que los dos nos hemos educado (casi) igual.
El quid de la cuestión es simple: Cada uno vive cada valor a su manera.
Tengo una prima, a la que adoro, que por honestidad entiende que cada vez que ve a alguien tiene que decirle lo que piensa, a saber (sobre mí este mismo verano):
“Tía, Palo… ¿pero qué blanca estás? ¿Cómo puede ser que esté yo más morena viviendo en Noruega?”
Probablemente no solo entendemos diferente este concepto, sino que además, nuestros valores no están ordenados de la misma manera (segundo quid de la cuestión).
Me refiero, a que si ella pusiera la amabilidad por delante de la honestidad, pues no te diría las cosas desagradables que opina sobre ti.
¿Bueno? ¿Malo?
Ni bueno ni malo: SU PROPIO ORDEN. A unos les gustará más y a otros menos.
Además del lío de que cada uno ponga sus valores en un orden distinto y que además los interprete distinto, sucede que hay dos tipos de valores humanos. A saber:
1- LOS POSITIVOS: son aquellos socialmente aceptados y que resultan de lo que se considera bueno o positivo. Son los que regulan la convivencia y el bienestar (para eso sirven).
2- LOS NEGATIVOS (ANTIVALORES): los que atacan el bienestar personal, familiar, social o que pueden afectar de forma negativa a terceros. Por ejemplo, la injusticia, la ignorancia, la impuntualidad…
¿Podría considerarse negativa la honestidad, si la sinceridad y la confianza que lleva implícita el concepto atentan contra la autoestima de la otra persona?
Y luego hay un 3er quid de la cuestión, más divertido que los dos anteriores: nadie sabe cuáles son sus valores, ni les pone un orden de prioridad. Mi prima no hace lo que hace de forma consciente. Y, como la mayoría, actúa sobre la marcha, al tuntún, con lo primero que se le ocurre.
En fin… hasta aquí la inmensidad de toda esta maraña de hilo de los valores humanos* y sus problemas.
Problemas que, por cierto, se extrapolan a las otras 2 categorías de valores que te voy a explicar en seguida.
*A partir de ahora, llamaremos a los valores humanos: ético-sociales.
2- Tipos / Categorías de valores emocionales, sociales y económicos y por qué conforman un taburete habitualmente cojo


Los valores (todos) están orientados al crecimiento personal y para que contribuyan a ese crecimiento, la persona debe ser intelectualmente consciente de ellos.
O sea, que la persona debe aceptar sus valores como normas de vida y actuar en función de ellos.
Esto último es TAN IMPORTANTE, que según uno de los mayores estudiosos sobre los valores que ha pisado nuestro país (Simon Dolan), ha concluído que quien no lo haga, está comprando boletos a diario para ganar una depresión, enfermar por ansiedad, estrés e incluso algunos para conseguir un cáncer, ictus, infarto o cualquiera de estas enfermedades que se están llevando por delante muchísimas (MUCHÍSIMAS) más vidas que el covid. (Fuente).
¿Y cómo es posible que la 4ª causa de muerte en España por detrás de tumores, y enfermedades del sistema circulatorio (infarto, ictus…) y respiratorio (neumonías, etc.) sean…
¡Los trastornos mentales y de comportamiento!?
22.896 en 2019… Prepandemia.
¿Qué nos está pasando? ¡Si el único objetivo claro de “La Vida” es que sigamos en el juego el mayor tiempo posible!
Según Simon (y yo le creo), esto tiene mucho que ver con la falta de sentido de nuestras vidas. Y creo que estarás de acuerdo en que una persona que conoce sus valores y los “vive”, no querrá salir del juego, porque conocerá las reglas fundamentales para poder disfrutarlo.
Sobre esto, de hecho, hay algunas teorías con mucho fundamento:
Antes, los valores humanos, o sociales nos los daban instituciones como la Iglesia en Europa. Ahora es Papá Estado.
Ambos casos traen “desafíos” para una gran mayoría de personas:
- Primer caso: Si tus valores personales no encajaban con los valores sociales fundamentales que dictaba esta clase de instituciones más… digamos “estrictas”, la habías liado. No encajabas en la sociedad (al menos no públicamente). Pero esto no solía pasar con demasiada gente, porque había un “adoctrinamiento” general.
- Caso de Papá Estado: como ahora todo vale (menos lo de las instituciones más “estrictas” porque atenta contra ciertas libertades), resulta que la gente no sabe por dónde va.
Ya sabes: “Cuando no hay opción la decisión es fácil”. Pero cuando las opciones son exáctamente “infinitas” resulta casi imposible decidir. Todos son tus valores, luego no terminas de practicar realmente ninguno porque si te fijas, los valores se pelean constantemente entre sí:
- Éxito laboral vs. Familia
- Honestidad vs. Amabilidad
- Tiempo vs. Generosidad
- … y podría hacerte otra lista de 200 valores confrontados.
Es evidente que lo de los valores no funciona si no priorizas.
Lo que sucede es que normalmente priorizamos sin ton ni son, según nos viene el día, y así no hay quien se aclare en su vida.
Y aquí es donde viene Simon a salvarte:
El frikiestudioso de los valores, definió 2 reglas importantes para evitar una vida absurda:
1- Necesitas conocer tus 5 valores principales, los que guiarán tu camino. (Ahora te cuento por qué 5 y cómo conocerlos).
2- Que todos los valores del universo que puedas imaginarte se pueden clasificar en SOLO 3 categorías:
Estas son las categorías de Dolan:
1- Valores ético-sociales: son los valores que tienen que ver con tu relación con los demás. Los que comentábamos antes como “valores humanos” (integridad, sinceridad, respeto…)
2- Valores emocionales-de desarrollo: son los valores que tienen que ver con tu relación contigo mismo. Por ejemplo: tiempo, paz interior, salud, libertad…
3- Valores económico-pragmáticos: son los valores que tienen que ver con tu relación con el mundo material. Por ejemplo: éxito, dinero, austeridad, seguridad…
Ahora bien, tú puedes conocer tus 5 valores prioritarios peeero, es posible que estén MUY desequilibrados.
Bueno, desequilibrados estarán seguro, recuerda que son 5 valores y las categorías son 3; lo importante es que para alguien “normal” no estén demasiado desequilibrados.
Para que la relación entre tus valores y las 3 patas fundamentales de tu vida en esta sociedad tengan una buena relación entre sí, deberías tener 2 patas un poco más largas y una un poco más corta.
Recuerda que el equilibrio perfecto pasa por un movimiento constante.
Lo importante es que el taburete no se caiga.
Entonces:
- Si de los 5 valores principales que tú tienes los 5 son económico-pragmáticos, pues malo (o bueno, si tú eres inmensamente feliz así), pero seguramente tu relación contigo mismo y con los demás sea bastante pobre.
- Si resulta que los 5 son de la categoría ético-sociales, pues mejor hazte misionero porque es lo único que se me ocurre que puedas hacer para ser feliz olvidándote completamente de ti y del materialismo mínimo que nuestra sociedad nos exige para encajar en ella.
- Pero cuidado, porque si la mayoría te salen tuyos-por-y-para-ti, es muy probable que los demás te vean como alguien egoísta que vive en la inopia mirándose el ombligo, y probablemente quejándose de que #nomedalavida en tiempo ni en dinero.
(Porque las personas que buscan cuidarse a ellas mismas primero, suelen entrar en un mundo de adicción al autocuidado, que es muy gustoso a corto plazo, pero peligroso a largo, como las drogas).
Ya sé que decir esto en nuestros días es un suicidio social, y va encontra de lo que dice todo el mundo, pero pruébalo tú mismo: priorízate tú por encima de los demás y valora los resultados a 1 año vista.
Te garantizo una cosa: espiral de negatividad y probable soledad.
3- Cómo identificar tus valores personales y cómo encontrar el equilibrio.


Muy bien, hasta ahora todo problemas pero verás cómo enseguida irás viendo la luz.
Recapitulo:
1- Cada uno interpreta los valores como le sale de la punta de la nariz.
2- Todos son tus valores, por lo que seguro que están presentes en mayor o menor medida en tu vida, pero no todos pueden dirigir tu vida a la vez. La pena es que casi nadie sabe qué valores deben estar sí o sí presentes en cada una de sus decisiones, para dirigir su vida con sentido.
3- Cada uno tiene su propio orden de valores y juzga a los demás con su propia vara, que en realidad solo sirve para él.
4- Y lo que es peor: casi nadie sabe que hay 3 categorías o tipos de valores y que es importante (a no ser que quieras ser misionero, banquero o político) que mantengas un equilibrio entre las 3 categorías (para evitar también desequilibrios en tu vida).
5- Hay un 5º y último problema pero ese viene después, que acumular negatividad es malo.
Los 3 primeros tienen una solución sencilla:
1- Entender y aceptar que cada uno interpreta TODO según su propio contexto, que jamás de los jamases podrá parecerse en nada al tuyo.
3- Como cada uno tiene su propio contexto, es importante entender e ir haciéndose a la idea de que TU orden es tuyo y único y el de tu vecino lo mismo, así que juzgar a alguien según TUS valores es igual de absurdo que juzgar a alguien por no tener la misma huella dactilar que tú. Lo mismo.
2- El segundo es el que te voy a solucionar ahora.
Bueno, voy a explicarte cómo solucionartelo tú, porque te enfrentarás a él muchas veces a lo largo de tu vida y es importante que vayas cogiendo práctica.
¿Por qué solo puedo/ debo tener 5 valores principales?
Respuesta que podrían darte Simon Dolan y sus secuaces:
“Porque nuestros estudios y experiencia demuestran que simplemente teniendo 5 guías y enfocando tu actitud en esas 5, podrás tener constantemente una luz que guíe siempre tus pasos y decisiones”.
Te lo aterrizo en 3 razones:
1- Solo el hecho de enfocarte en uno de tus valores (el principal) ya es complicado muchas veces, porque la mayoría de nosotros no estamos habituados a trabajar en una dirección, si no en mil.
2- Me fío de Dolan y creo que 5 es un número justo para garantizar que siempre tienes un faro y, por supuesto, que tu vida está equilibrada en todos los ámbitos.
3- ¡OJO! Esto es importante: Los Valores no son lo mismo que las Virtudes.
Vivir tus valores puede costarte constantemente energía y fuerza de voluntad. Y ambas son finitas.
Vivir tus virtudes es absurdamente sencillo: tus virtudes son valores que forman parte de tu personalidad, naciste con algunas de serie, eso es seguro. Pero hay otras que puedes adquirir durante tu vida.
Cuando consigues interiorizar un valor hasta el punto de que forme parte de tu forma de ser y te salga sin pensar, se convierte en VIRTUD.
¿Y cómo se hace eso?
1- Sabiendo qué valor es fundamental para que tu vida vaya bien (en mi caso, por ejemplo, fue la constancia).
2- Convertir ese valor en un HÁBITO. Cuando ya te sale sin pensar, sin esfuerzo, ya lo tienes ¡la constancia se ha convertido en tu nueva virtud!
*¿No sabes tampoco cuáles son tus virtudes? Suscríbete abajo. No tardaré en hablar de ellas.
Sobre cuáles son tus valores sí voy a hablar ahora:
La mejor herramienta del mundo para identificar tus (verdaderos) valores (sin usar una angustiosa lista)
Es un juego de cartas. Divertido, útil hasta decir basta y, en resumen, mi mejor descubrimiento de 2019.
Por supuesto, lo creó nuestro ya conocido Simon Dolan.
Te cuento de qué va y tú decides si te puede ayudar. Yo me apuesto las pestañas a que sí, pero como ya se sabe que “nada es para todo el mundo”, pues mejor lo valoras tú:
Es un juego de 52 cartas muy monas y coloridas (que además te enseñan idiomas). Cada carta representa un valor.
¿¿Solo 52?? ¡¡pero si hay listas de 400!! No hace falta ser matemático para saber que faltan más de la mitad seguro.
A ver, es que Simon, que ha dedicado su vida a esto, se ha pillado la lista de los 400, la de los 500 y las de todas las culturas y ha conseguido agrupar TODOS en solo 52.
Resulta que efectivamente, la mayoría eran casi iguales o implicaban lo mismo (p. ej: honradez, honestidad, integridad).
Bueno, el caso es que cada carta tiene un color:
- El azul es para los valores ético-sociales
- El verde para los emocionales
- El rojo para los económico-pragmáticos
Luego tienes 3 cartas comodines por si hubiera algún valor que no está y que consideras fundamental en tu vida. Por ejemplo, lo primero que yo pensé fue “¿Y el amor? ¿Se han olvidado del amor? ¿Cómo puede ser?»
Bueno, Simon tiene una explicación que entenderás en seguida.
Formas de jugar hay MUCHAS. Pero la primera que debes usar es esta:
1- Pones las 51 cartas encima de la mesa boca abajo.
2- Sacas las 5 primeras y las pones boca arriba en fila. Ahora estas 5 cartas representan tus posibles 5 valores principales.
3- Ahora sacas otra… “¡Merde! También es mi valor…” Pero solo puedes tener 5 así que tienes que deshacerte de uno. Toca hacer preguntas:
1- ¿Qué significa este valor para mí?
2- ¿Es más importante en mi vida que los otros 5?
3- ¿Por qué?
*Nota: Si tienes tiempo y te gusta escribir… Ya tienes uno de los mejores ejercicios de escritura terapéutica que harás en tu vida.
4- Repites el proceso con las 51 cartas hasta que tengas tus 5.
Si cuando acabes, algo que tú consideres un valor y que no haya salido en forma de sinónimo te ronda la cabeza como una moscarda, tienes las cartas comodín para apuntarlo y cambiarla por uno de los 5 que te habían quedado.
Y ya tenemos la primera parte finiquitada:
1- Conocimiento (de los valores).
2- Reflexión (sobre ellos)
3- Identificación (de TUS valores)
4- Por qué identificar tus valores no sirve de nada si no sabes cómo usarlos para vivir una vida plena.


Pues ya estaría ¿no? Ya tienes tus 5 valores.
Ya puedes ir por la vida con la tranquilidad de que nada ni nadie interrumpirá tu camino porque tú ya tienes tus faros de referencia siempre encendidos.
Pues no. Ya te he dicho que este tema traía quebraderos de cabeza.
¡Ahora tienes que saber usarlos! A veces hay fenómenos que nos los esconden y además, trabajar con ellos no es sencillo.
Pero también he averiguado cómo hacerlo para ti. Te pongo los ejemplo más comunes:
1- ¿Y si en algún punto de mi vida tengo que elegir entre 2 de ellos?
Por ejemplo: Libertad o compromiso. Amistad (grupo del pueblo o del cole) o curiosidad (por conocer nuevas culturas o personas), éxito o calma.
- Sencillo: continuas el juego. Continuas descartando, y te apuntas el orden en el que has ido haciéndolo, hasta que quede 1 carta. Ese valor será tu llave maestra. EL VALOR. Y conocer el orden de importancia en tu vida de los otros 4, también puede serte útil.
2- ¿Y si mi taburete de 3 patas no está equilibrado y estoy a punto de pegarme un trastazo?: Cómo identificar y corregir incongruencias
A ver, que quede claro: Si el modelo que te aparece de valores funciona para ti porque parecerte al Tío Gilito a ti te hace tremendamente feliz, pues está bien así.
Si tú estás realmente bien, y te sientes completamente a gusto en tu piel, no necesitas ninguna otra pata.
Ahora, ¿y si sí que notas en tu vida la falta de una de las 3 patas?
Entonces sí, ahí hay que currar:
- Separa todas las cartas del color que te falte, y repite el juego solo con las cartas de ese color hasta que te quedes con UNA.
- Tendrás 6, entonces. Te toca volver a reflexionar (e incluso escribir): ¿Por qué ese valor debería estar más presente en tu vida? ¿Qué supondría para ti? ¿Cuál de los 5 que tenías es más prescindible para poder poner más foco en el nuevo valor que necesitas incorporar?
Ojo, he puesto “necesitas”, puede que no quieras. No es lo mismo.
Ejemplo: Yo no quiero más dinero, pero sí quiero más libertad para poder irme a vivir a cualquier parte del mundo cuando me apetezca. Resultado: necesito más dinero.
Bueno, y lo más complicado: Diseñar un plan de acción para conseguir incorporarlo a tu vida.
3- Algún(os) de los valores que me han salido no están muy presentes en mi vida.
Por ejemplo: Te sale que amistad o familia es uno de tus valores principales, pero resulta que apenas los ves porque vives fuera tú solo, o tu trabajo te obliga a viajar 3 semanas al mes. Lo malo es que éxito o dinero es realmente otro de tus pilares y tu trabajo te encanta. Casi te cuesta elegir entre los dos ¿qué haces para mejorar esto?
Claramente buscar otro trabajo que te permita un poco más de equilibrio. Resulta que tu trabajo no era tan bueno como pensabas, te impide vivir uno de tus valores principales.
No pasa nada: encontrarás lo que necesitas si realmente lo buscas. Se trata de moverte en la dirección que te indican, el equilibrio perfecto no existe.
Solución: identifica el valor que necesita un empujoncito, y escribe qué puedes hacer para avanzar hacia una dirección más equilibrada. Por ejemplo: revisa cada día nuevas ofertas de trabajo parecidas pero que te permita estar más tiempo más cerca de los tuyos.
Eso ya es avanzar en la dirección correcta, lo que tardes en conseguirlo da igual. Lo único que le importa al cerebro cortocircuitado por ahora es saber que “haces cosas para que pasen cosas” en la dirección que necesitas.
El desarrollo personal es infinito: siempre habrá algo que quieras cambiar o mejorar.
Otra cosa que puedes hacer es poner una puntuación a cada uno de los 5 valores del 1 al 10, para evaluar si estas satisfecho con la presencia que tienen en tu vida.
Los que estén por debajo de 7, son aquellos para los que tendrás que diseñar tu Plan de Acción. (En mayúsculas, porque es la parte más importante).
Pero mi recomendación es que escojas el que más impacto tendría en tu vida y te enfoques sobre todo en ese.
Por ejemplo, hace unos meses que trabajo la constancia. ¿Cuál ha sido mi Plan de Acción? Sé que el compromiso es una de mis virtudes. Soy incapaz de faltar a algo con lo que me he comprometido. Pues me he comprometido con nuestros suscriptores a enviarles un email cada lunes para darles pequeñas píldoras de desarrollo personal que marcan realmente diferencias en la actitud de la gente. Es un compromiso que requiere constancia, y no he fallado ni una sola semana desde enero de este año.
*Si te interesa recibirlos, aquí puedes ver de qué van y si te mola, pues dejas tu email.
4- ¿Cómo usarías el juego para tomar una decisión importante o conseguir objetivos?
- ¿Hago un año sabático o de voluntariado o cojo el trabajo que me han ofrecido que está muy bien?
- ¿Le digo a mi pareja que no tiene razón en la discusión de antes y la retomo para explicarle mis nuevos argumentos o le doy la razón y sigo a mi bola y me ahorro la discusión?
- ¿Acepto el ascenso que me han ofrecido aunque implique pasar muchas menos horas en casa y perderme algunas quedadas con mis amigos o lo dejo correr y disfruto más de mi tiempo?
Hay gente que lo tendría muy claro. Hay gente que leyendo estas 3 situaciones sabrían inmediatamente qué escoger. Pero la mayoría restarán horas de sueño para pensarlo.
El primer ascenso que me ofreció mi jefe lo rechacé en el mismo instante. Aún no lo sabía explicar, pero sabía que valoraba mi tiempo por encima de todas las cosas. Un año después conseguí otro que no requería tanto tiempo.
No siempre lo tengo tan claro. Y entonces el proceso que uso es el siguiente (me lo copié de Ángel):
1- Ordeno mis 5 valores por orden de prioridad.
2- Escribo la decisión que tengo que tomar lo más concreta posible. Mi última decisión: ¿Me voy a vivir a un pueblecito a las afueras o me quedo en la ciudad cerca de mi familia y amigos?
3- Escribo una lista con todas las opciones. Siguiendo el ejemplo de mudarme: quedarme en el centro, irme a las afueras, irme a un pueblo perdido en la montaña, irme a la Hoya.
4- Busco la opción que está más alineada con mis valores fundamentales.
*Para conseguir un objetivo, usa el ejemplo de la pregunta anterior, que lo contesta perfectamente.
5- ¿ Y si mis valores cambian?
Lo raro es que no cambien. La vida evoluciona y tú con ella.
Para eso está el juego. Para que cada vez que no tengas las cosas claras, puedas volver a “echarte” tus cartas y puedas ver más claramente cuáles son importantes para ti en cada momento de tu vida.
Puede ser que te hayas pasado tu vida priorizando a los demás y que ahora estés cansado y te salgan más valores emocionales.
Está bien así.
CONCLUSIONES
1- El tema de los valores es un follón.
2- La movida es que parece que son importantes para dirigir tu vida con más acierto y evitar enfermedades chungas.
3- No solo tienes que conocer tus valores en las diferentes etapas de tu vida (porque —¡encima!— cambian) si no que tienes que procurar que estén bien distribuidos en los 3 tipos que existen.
4- Identificarlos, conocerlos y tenerlos distribuidos está fenomenal, pero además hay que saber usarlos y aprender a tenerlos presentes.
*NOTA: El juego tiene soporte. Si tienes dudas puedes preguntarles y suelen responder en 24-48 horas.