Hace unas semanas, una suscriptora me escribió un email que podría haber escrito yo misma hace apenas un par de años. Todo lo que escribió se resume perfectamente en su último párrafo:
“En definitiva, nunca estoy feliz, vivo como en un bucle de infelicidad. No consigo cumplir nada de lo que me propongo, no gusto a nadie, ni a mí misma, no sé qué quiero ni soy capaz de mover un dedo para las pocas cosas que sé que sí que quiero. ¿Qué puedo hacer para mejorar mi autoestima y salir de esto? Por favor, necesito ayuda.”
Bien.
Hay algo que esta suscriptora ya sabe porque hemos estado hablando de la autoestima en la suscripción últimamente, pero que probablemente tú aún no hayas descubierto:
La autoestima nunca es el medio, ni el fin. Como mucho la consecuencia.
María (nombre ficticio de lo menos original) no necesita aumentar su autoestima, solo necesita mover un dedo, como decía ella misma. Solo 1.
Te cuento un poco más para que entiendas todo:
1- ¿Qué es la autoestima y por qué no es tan importante como te han dicho?
La autoestima es el juicio que emites sobre ti mismo: Pillas tus pensamientos sobre ti, tus percepciones sobre cómo actúas y tus sentimientos sobre ti mismo, los evaluas y emites tu veredicto: “Soy un flojucho retrasado que nunca llegará a nada en la vida, y jamás me querrá nadie porque además soy feo”.
O por el contrario: “Soy una tía guay con un montón de amigos con los que hacer planes y me estoy poniendo súper en forma con esta nueva tabla de gimnasia. Solo falta que me asciendan en el curro, que seguro que en breve me lo dirán porque he clavado el proyecto del último trimestre”.
O sea: La autoestima es el cuento que te cuentas sobre ti. Y por supuesto es 100% subjetivo. En psicología lo llaman “evaluación perceptiva sobre uno mismo”.
Ahora ¿por qué no es tan importante como te han dicho?
Un poco más adelante te lo explico más en detalle, pero ahora quédate con esto:
Las filosofías y corrientes espirituales más importantes del mundo coinciden en algo;
“El ego (hermano siamés de la autoestima), es una ilusión de la mente, por lo que aceptarte, amar a los demás y practicar la compasión hacia todos los seres, es lo único que necesitas hacer para ser feliz.”
El ego, tu autoestima, no le importa a nadie, así que tampoco debería importarte a ti.
Lo único que tienes que hacer es esforzarte por querer a todos y ayudarles en lo que esté en tu mano. Cómo seas tú por dentro y por fuera está bien como está a los ojos de la Creación (o como lo quieras llamar).
Pero claro, no es tan fácil como darle a “Aceptar todas” y a otra cosa mariposa. Así que seguimos para bingo.
¡UN MOMENTO! Antes de que sigas, debes saber algo:
Tengo una suscripción gratis (por ahora) en la que envío historias que podrían ser tuyas y que aclaran los conceptos más útiles que existen en psicología y desarollo personal para ser tu mejor versión y vivir un poco más a gusto.
Si te apuntas aquí recibes el primer email en un ratito, si no te gusta te das de baja.
2- Autoestima, autoconcepto y amor propio, ¿qué tengo que saber sobre ellos para que en cualquier caso me supongan una ventaja competitiva?


Hay algo en común que tienen estos 3 conceptos que te interesa: Son intrínsecos al ser humano. O sea, vienen de serie, y suelen venir programados en el nivel “alto”.
Si alguna vez has convivido con un crío de 2-3 años verás que tiene la suficiente autoestima y seguridad en sí mismo como para ir al parque vestido de Superman, de Frozen o de Ágata Ruiz de la Prada y creerse el rey o la reina del parque.
Tu capacidad de desarrollar una confianza y un respeto saludable por ti mismo es tan natural como la propia búsqueda de la felicidad.
“¿Qué maldita sea he hecho yo entonces para acabar fundiéndome y confundiéndome con el barro?” Te preguntarás.
Los motivos más comunes son 2:
1- Influencia negativa de personas del entorno
*Hola, educación: “No te pongas eso que vas a hacer el ridículo”; “Hija, pareces tonta, ¡ya lo has vuelto a tirar todo! No se puede ser más inútil.” “Mira tu amiguito qué bien se porta y qué aplicado, ¿por qué no puedes estar tranquilito como él?” “Si no comes no crecerás y te quedarás bajito para siempre” (Imagínate el trauma si luego te quedas en un 1,60 m, como si no se pudiera ser igual de válido y de feliz siendo bajito).
2- Falta de valores claros/ actuar en contra de tus valores (sin valores no hay ruta, no hay camino): El “todo vale”, al final no vale porque acabas más perdido que un garrofí en alta mar (me encanta esa expresión tan valenciana).
Todo el mundo tiene valores. El problema, cuando se dice que alguien “No tiene valores” significa que, en realidad, no los ha identificado o que no los comparte con quien emite el juicio, pero sí que los tiene.
Lo habitual es que una vez los conozcas y guíes su vida a través de ellos, se te pase la tontería de la baja autoestima. Lo único malo es que mientras no los tengas bien identificados ni sepas discernir qué atenta y qué no contra tus valores, actúes muchas veces en contra de ellos.
El autoconcepto por otra parte, son las características que según tú te definen, sin juicio. Lo del juicio es la única diferencia entre autoconcepto y autoestima. Puede que pienses que eres gordito o fea, pero no lo juzgas como bueno ni malo si no como un hecho.
- El autoconcepto es lo que piensas de ti, juicios aparte (como si fuera información que un robot tiene sobre ti).
- La autoestima es el juicio que emites sobre ti.
Bueno pues el amor propio es:
- El juicio positivo (de aprecio) que emites sobre ti. Es decir, si tienes una alta autoestima tienes amor propio. Si tienes baja autoestima no tienes amor propio.
Me parece importante aclarar estos 3 conceptos porque se confunden mucho y si vamos a poner nombre a las cosas, pues vamos a hacerlo bien, al menos.
Ahora fíjate en esto:
La autoestima es el único de los 3 conceptos que tienes sobre ti mismo que se puede “medir”:
1- AUTOESTIMA ALTA: Son las personas que van por la vida con esa seguridad envidiable, porque saben que este es su juego, su terreno. Se sienten capaces, valiosos y aceptados. Pequeño spoiler: estas personas suelen estar en contínuo movimiento (más pausado o más enérgico, pero siempre en movimiento, incluso parece que cuando descansan hacen algo).
2- AUTOESTIMA BAJA: Personas “paralizadas”, o en piloto automático. No saben qué se espera de ellos, ni quiénes son, ni qué hacen aquí, y por tanto son incapaces de aceptarse y reconocerse.
3- AUTOESTIMA MEDIA: Vas a caballo entre Pinto y Valdemoro, a veces te sientes seguro y apto, otras inseguro e inútil, unas veces pisas con seguridad, otras con miedo a que te descubran equivocándote… Por supuesto, esas incongruencias se manifiestan en la conducta, y te impiden poner la velocidad de crucero para conseguir tus metas.
Yo he pasado largas etapas en las 3 esferas. De hecho, lo normal es tener algún bajón o ir por épocas y es incluso bueno, porque fíjate:
Si conoces y eres flexible, cuando un evento cualquiera de la vida te intenta romper, tu resistes y cuando lo sueltas o te sueltan, eres capaz de volver rápidamente a tu sitio sin caer en la desesperación. Como una rama.
3- ¿Cómo trabajo la autoestima para conseguir mejorarla (o subirla)? (también sirve para recuperarla si la has perdido)


Vamos a imaginarlo como una escalera que tienes que repasar mentalmente cada vez que tus pensamientos sobre ti no te gusten. Para conseguir una “alta” autoestima, es evidente que hay que subir.
Llamémoslo “examen interior” y puedes hacerlo como si fuera una meditación:
1- El primer escalón: Auto reconocimiento.
¿Quién soy ahora? ¿Qué necesito? ¿Qué se me da bien? ¿Qué se me da mal y no me importa? ¿Qué se me da mal y me gustaría mejorar? ¿Qué me mueve en la vida? Si la respuesta es “nada” ¿Qué me movería? ¿Por qué actúo como actúo? ¿Qué siento?
Es preguntarte a ti sobre ti, como si preguntaras a un amigo sobre otra persona.
Si tienes la autoestima baja, seguramente no sabrás contestar a nada, pero tienes que esforzarte. Dedícate el tiempo necesario a contestar por escrito a esas preguntas con lo primero que consigas que pase entre tus orejas y que responda a las preguntas.
¿Por qué por escrito? Pues porque tu cabeza tiene la manía de mezclar ideas y de irse por las ramas. Solo cuando escribes lo que pasa por la mente, no tienes otra que saber lo que pasa realmente por ella para poder aterrizarlo.
En este nivel tienes libertad para juzgarte y para escribir que no sabes quién eres ni qué hacer con tu vida porque eres (te sientes) un cubo de basura. Y también puedes escribir que te morirás pobre, solo y amargado porque nadie te quiere.
Y para llorar.
Tienes libertad para llorar. (Lo de los autoabrazos, ya tal…)
Cuando hayas acabado el auto reconocimiento de lo que piensas sobre ti ahora (y cuando hayas acabado de llorar), puedes seguir por el segundo escalón:
2º escalón: Auto aceptación.
Es una capacidad que tenemos todos. Muchos la perdemos rápido y luego, ha pasado tanto tiempo, que a ver cómo la encontramos. Pero créeme, no está tan lejos.
Mira bien lo que has escrito.
Si tienes la autoestima baja (que sospecho que si estás leyendo esto es porque sí), lo que haya quedado por escrito será dramático.
No pasa nada.
Nada de nada.
Es lo que es. Tú y tus circunstancias.
Eres así, un poco dramático-a. Pero puedes aceptarlo como el que acepta que es rubio.
Bien.
Ahora, resulta que aceptar es mirar todo lo que hay ahí de manera serena, sin autocompasión, ni victimismo, ni juicio alguno. Como quien mira una página en chino.
Eres un simple ser humano mortal con defectos, como cualquier hijo de vecino y estás haciendo un (re)reconocimiento sereno, de tus rasgos físicos y psíquicos.
Cuando hayas conseguido mirar tu texto con indiferencia puedes seguir (puede que necesites días), puedes subir al 3er peldaño:
3- Auto valoración:
Muy bien, si no lo has hecho antes, aquí vas a evaluar y valorar aquello que te gusta de ti. ¿Puede que no hubieras pensado que hay cosas que podrían gustarte de ti?
Apunta una. Aunque sea solo una (aunque sea que eres una basura rubia, o morena).
Ahora apunta también algo que te haga sentir bien cuando lo haces, o algo que te haga aprender y crecer (¿leer?) Apunta también todo lo que te ha hecho sentir orgulloso de ti a lo largo de tu vida (aunque sea haberte atrevido a llamar gordo a la cara a ese profesor que te amargaba… cualquier cosa, aunque te parezcan tonterías).
Cuando acabes, repasa lo bueno y lo malo todo junto.
Ya tienes un informe completo sobre ti mismo.
4º Peldaño: Auto respeto.
Esto se complica para los que tienen la autoestima por los suelos. Pero todos podéis encontrar la forma: Reformula todo lo que has escrito “malo” sin hacerte daño ni culparte.
No te voy a decir eso de que «tú también te mereces ser feliz».
Resulta que aquí nadie se merece nada. Te mereces únicamente lo que te curres, así que si quieres ser feliz y tener una alta autoestima hay que currar. Puede que en tu caso más que otros. No pasa nada, son tus cartas y sigues en el juego, así que a jugar.
Si tú no te respetas cuando te hablas a ti mismo o cuando hablas sobre ti a otros, nadie lo hará por ti (nadie se creerá que sí te lo mereces).
Solo quedan 2:
5º- Auto superación:
Para mejorar tu autoestima, sí o sí tendrás que actuar según tus valores.
¿Tus valores son todos? ¿O ninguno? Pasa por aquí. (Abajo te vuelvo a poner el enlace)
Así que crea la lista de valores que vayan a dirigir tu vida (ahora), y escribe qué aspectos facilitos de tu vida tienes que mejorar para moverte en esa dirección. Al principio, para el calentamiento, pasitos muy pequeños.
En resumen: Una persona que se conoce, se acepta, se respeta, conoce sus valores, sus debilidades y sus fortalezas, sabrá buscar la manera de mejorar (estará en constante superación) usando las herramientas (valores + planificación) que tiene a su alcance.
Alguien así jamás puede tener una baja autoestima. Es imposible.
Además sabrá reconocer inmediatamente la influencia negativa externa: y podrá identificar rápidamente a la gente tóxica con la que se relaciona.
Una alta autoestima es la suma de pequeños logros en una dirección propuesta por ti mismo-a.
6º- Auto eficacia:
Para mí este es el nivel más alto: Cuando descubres que sí sabes tratar a tu mente, se convierte en tu aliada y no en tu enemiga saboteadora, ni en tu propia maltratadora psicológica. Cuando tu mente se convierte en tu amiga te vuelves (casi) invencible.
Hay un séptimo escalón, que a mí personalmente no me encaja. Pero los psicólogos (que saben más) sí lo toman en cuenta en sus publicaciones: la auto dignidad.
Es la seguridad de que no solo tienes derecho a vivir, si no a ser feliz. El tema es que en mi opinión no solicitada ni sabia, no se trata de tener un derecho y obligar a los demás y a ti mismo a respetarlo, no se puede obligar a respetar ni a amar porque sí. El respeto y el amor son sentimientos y actitudes que deben de salir de ti y que, probablemente tengas que ganarte.
Cuando te haces amigo inseparable de tu mente, automáticamente te quieres y te respetas. La autodignidad no es un escalón más, es una consecuencia de aceptarte y autosuperarte (o sea, actuar).
5- Por qué enfocarse en ganar/ tu autoestima es una tontería:


Mira, si te fijas, en los puntos anteriores solo importan 3 cosas:
1- Que te conozcas. (Es como si tú y tu mente fuerais dos seres distintos —aunque sois uno— pero piensa que no, piensa que tu mente ahora mismo es tu hermano siamés malvado, del que no te puedes separar, pero que sabes que en el fondo es más bueno e inteligente que tú. Lo único que tienes que hacer es pasarlo a tu bando, convertirlo en un animador y no en un troll).
2- Que te aceptes («Soy así y no hay más por ahora, peeero todo se puede mejorar»).
3- Que actúes para mejorar (Aquí la metáfora que me gusta usar es que tu mente es como un potrito sin domar al que, poco a poco, tienes que ir enseñando con mucha paciencia y cariño a llevarte a donde tú quieres).
La autoestima te permite enfrentarte a tu camino con confianza, energía y optimismo. Te lleva de una manera más rápida a donde quieres, porque además sabes a dónde vas (autorrealización).
Pero fíjate: todo es movimiento. La autoestima te la da una mente bien entrenada, pero para entrenarla hay que andar. Sin autoestima vas más lento, pero lo importante es que andes. Mientras andes, entrenas y cuando lleves suficiente entrenamiento, podrás conseguir tu autoestima, y correr (en vez de solo andar) hacia tu siguiente meta.
La autoestima es como la felicidad: no se alcanza, se entrena. Siempre. Non-stop. Mientras no te pares y seas capaz de reconocer conscientemente y aceptar (con ecuanimidad, desde la distancia, como a vista de pájaro) cada uno de tus pasos, todo rodará.
Y mientras ruedas te aprecias, porque sabes que estás cumpliendo con lo que se supone que debes hacer: caminar hacia adelante y desarrollarte (digamos que es el propósito de la vida en general).
Así que la autoestima no importa: lo que importa es que te dirijas hacia un objetivo claro: seguir tus valores hasta que se conviertan en virtudes. Si piensas en la vida como en un videojuego de Mario Bross, cada vez que consigues perseguir tus valores lo suficiente como para que se conviertan en virtudes, pasas al siguiente nivel, siempre un poco más difícil pero tú también eres más grande y más fuerte.
Probablemente somos los únicos animales de la Tierra cuya necesidad de evolución necesita de ambas ramas: la física y la psicológica.
Hay una cosa más sobre la autoestima que me gustaría comentar: es básica para la creatividad, y para ser capaz de dejar fluir ideas que a otras mentes más cerradas podrían parecer absurdas. (Te recuerdo que la creatividad es la habilidad del ser humano para solucionar problemas, es la llave maestra que abre la puerta a la solución de gran parte de nuestros problemas). Lo explico aquí.
6- Tópicos y consejos inútiles sobre la autoestima que deberías evitar:


1- La comodidad no es autoestima: no necesitas tener pareja, ni más amigos, ni adelgazar, ni operarte la nariz, ni tener más relaciones, o más éxito. Todo esto producirá sensaciones positivas únicamente a corto plazo. A largo, volverás a donde estabas.
Necesitas aceptarte como eres como si fueses un «Dios bondadoso que ama a todas sus criaturas tal como son». Tu mente debe ser ese Dios y quererte así, como eres ahora.
Eso no significa que no tengas que perseguir la superación personal. Solo el hecho de actuar conforme a tus valores principales te dará las claves para esa superación.
*Puede que esto te ayude a encontrar cuáles son.
2- La autoestima no es competitiva ni comparativa:
Buscar la autoconfianza siguiendo los pasos de otra persona y queriendo llegar a donde está él o ella es como caminar hacia un precipicio.
Primero porque cada persona tiene sus propias cartas de juego, por lo que es materialmente imposible que llegues a donde está.
Segundo, porque comparar donde estás tú con dónde está otro es como comparar peras con Meninas. Lo que estás haciendo es comparar tu interior, con el exterior de otra persona (el interior de cada uno solo lo conoce uno mismo, y a veces ni eso). Nunca sabrás dónde está esa persona realmente.
Según Nathaniel Branden, uno de los mayores expertos en autoestima: «la autoestima se comprende mejor como una suerte de logro espiritual o mental, es decir, como una victoria en la evolución de la conciencia».
Esto da a entender que la única persona con la que puedes compararte es con tu yo del pasado. Solo compites contra ti.
Pero ojo, competir contra ti no significa estar en guerra contigo, es una competición sana: te aceptas y te quieres aunque falles, te caigas o necesites un descanso para mandar todo al carajo antes de volver a retomarlo con más ganas y mejores estrategias. Parar y volver atrás para luego avanzar más rápido forma parte de las normas de esta competición.
Te lo resume todo el propio Nathaniel:
«El estado de una persona que no está en guerra ni consigo misma ni con los demás es una de las características más significativas de una autoestima sana».
Pero insisto, eso viene solo una vez empiezas a caminar hacia donde quieres, y no sin rumbo o hacia donde dicen los demás.
Por cierto: El exceso de autoestima se llama ego demesurado. Y es muy peligroso, porque te acabará empujando desde lo más alto. De ahí la importancia de aceptar y observarte con “ecuanimidad” tal como recomiendan los budistas.
7. Un ejemplo sobre “actuar” para aumentar tu autoestima:
¿Qué te hace pensar que tienes una autoestima baja?
¿Que estás gordito? ¿Que tu vida te parece un remolino de barro? ¿Que piensas que nunca llegarás a nada? ¿Que no te pareces a Emma Watson ni en el blanco de los ojos? ¿Que han ascendido a tu compi, el de la sonrisa falsa y aceitosa, y a ti no?
Solo hay una manera de luchar contra eso y no es diciéndote que estás delgada, que tu vida tampoco está tan mal, y que igual en el blanco sí te pareces. Tampoco que a tu compi le han ascendido por pelota y no porque valga más que tú.
Todo eso da igual.
Lo único que te hará subir la autoestima es lanzarte como si en ello te fuera la vida a dar pasos en la dirección que quieres ir:
1- Haz deporte y come un poco más sano.
2- Ten amigos a los que aferrarte en tu remolino de barro.
3- Cuida tu mente, que es más importante que tu cara (nadie querría estar con Emma Watson si fuera una insoportable).
4- Sigue formándote y dando lo mejor de ti en el trabajo (lo cual significa dar lo mejor de ti profesionalmente, no dejarte la piel y la vida frente a un ordenador). Y si crees que no te valoran suficiente, cambia.