``Ojalá pudieras escribir más``

``Tus emails son medicina para el alma``

``No te conocía y hoy he leído 3 o 4 veces tu email. Formidable.``

``Has conseguido que realmente me pase el lunes esperando tu email``

``Por fin alguien con sentido común y capacidad analítica en este tema``

``¿Eres consciente de que esto que has creado es un tesoro?``

... Este es el tipo de mensajes que suelo recibir como respuesta a mis emails.

—¡Qué curioso, todos maravillosos!

Sí, pues la última frase me la dijo Celia Tejealas (Top Ten newsletters de «formación para m-p-adres»). Puedes preguntarle directamente.

Lo cierto es que los gurús del marketing dicen que si no tienes haters, no tienes suficiente éxito.

Debe ser el caso, porque por ahora mi hater más peligroso solo me dijo «y yo pa’ ser feliz quiero un camión».

Le comprendí perfectamente porque a mi padre pa’ ser feliz le falta un tractor (con aire acondicionado).

 

Bueno, y ahora, atento, atenta, atente a las consecuencias de lo que hagas a continuación

(te recuerdo que no hacer también es una acción).

Nos presentamos. Es importante.

Me llamo Paloma, y esta web pertenece a una finca familiar en la que empezamos a organizar retiros justo antes de La Pandemia (seguro que nuestros hijos la estudiarán así).

La casa es tan familiar, que la construyó mi tatarabuelo con sus propias manos cuando se desató la epidemia del cólera. Casualidades de la vida.

Fue un refugio entonces y lo sigue siendo ahora.

 

Evidentemente, con la pandemia suspendimos los retiros. Y ahí empezó todo:

Se acumulaban en mi bandeja de entrada decenas de emails de gente desesperada, o simplemente cansada de su vida, a quienes se les había desbordado el vaso con la situación. O con la situación a la que «la situación» les había llevado.

Ya sabes, todo «parecía» complicado.

Entonces me di cuenta:

Incluso amigas a las que yo consideraba gente culta, cuerda y emocionalmente muy (MUY) estable, se les estaba yendo la pinza. 

No es que la situación fuera extrema, que también, es que la falta de control mental que tiene nuestra sociedad es extrema. La falta de conocimiento sobre «la vida», su propósito, su causa y consecuencias, era y es de un nivel completamente analfabeto.

Así fue como se me encendió la bombilla:

En lugar de dar lecciones a desconocidos que estaban tocando el oscuro fondo, y que lo más sensato era mandarles a terapia ¿por qué no prevenir antes del fondo y abrirles pequeñas ventanitas semana tras semana que les ayude a ver cierta luz cuando en su vida parece todo oscuridad?

Y eso es lo que hice:

Formarme e informarme sobre cómo hacer que algo así funcione.

Estudié formatos, ordené ideas de los mejores libros y de los mejores maestros y monté un «sistema de formación» (gratis, por ahora) con ideas universales sobre emociones, felicidad y autocontrol que, curiosamente, nadie te ha enseñado. O sí, pero no habían cuajado en tu mente hasta ahora.

Pequeñas piedrecitas que aparentemente no son gran cosa pero que, cuando has acumulado suficientes, resulta que dan para construirte un refugio como el nuestro. Pero en tu mente.

 

…HABÍA UN PROBLEMA…

¿Quién soy yo para dar lecciones a nadie?

He estado tentada de poner una foto nuestra (o mía, que soy yo quien escribo). Dicen que cuando tus lectores te ven la cara, es más fácil que conecten contigo.

La verdad, si tengo que conectar contigo por mi foto es que estoy haciendo todo mal. Esto va de conectar contigo con historias.

Por otro lado encuentro que hay cierta magia y gracia en que cada cuál se forme su propia imagen.

¿Tendré 30 años? ¿40? ¿Seré la típica yogui con cuerpaso instagramer? ¿O una señora con turbante para que la enegía no se escape por mi cabeza junto con el calor?

Te doy una pista: soy una persona normal. Y con  eso ya te puedes hacer una idea.

hoya de gualy entorno

Para todo lo demás tendrás que venir a conocerme(nos) en persona.

Tampoco está mal venir a conocernos aquí… ¿no?

¿Por qué me considero una persona normal?

Hablemos mejor de ti:

  • Te consideras un romátic@ con sueños inalcanzables y una idea muy tuya de cómo sería el mundo perfecto.
  • Todo te afecta demasiado. La gente a tu alrededor pasa, pero tú no eres capaz.
  • A cualquier imprevisto en tu vida, tu mente le da más vueltas que el tambor de una lavadora.
  • La negatividad te invade, y a veces viene acompañada de pensamientos siniestros. Algunos MUY siniestros.
  • Quieres tomar las riendas de tu vida, pero ni sabes dónde están, ni sabrías cómo cogerlas.

Pues no soy psicóloga, pero me da mucha ilusión darte ¡LA BIENVENIDA AL MUNDO DEL SER HUMANO!

Tengo una propuesta para seres humanos con ganas de superar obstáculos con más facilidad

¡CUIDADO! Nada es para todo el mundo.

Igual a ti no te sirve. O simplemente la idea te aburre.

Cada persona es un mundo lleno de movidas tan grandes e incomprensibles como el planeta Tierra.

Pero conociendo gente en los retiros, y fuera de ellos —porque me encanta hablar con la gente cuando me despierto de buen humor—, me he hecho con un patrón de actitudes y formas de cambiar que podrían funcionar de manera general bastante bien.

No soy psicóloga, ni coach. Pero sé algo de mentes normales, y algo de comunicación.

Entonces, observando, escuchando, leyendo y escribiendo, he sido capaz de encontrar un formato universal que podría ayudarte a gestionar tu vida y tus emociones de una manera mucho más eficiente, amena y constructiva.

No voy a cambiar tu forma de ser, ni convertir a nadie en un buda de felicidad. No es mi intención.

Pero sí puedo reencaminar actitudes y creencias, devolverles el sentido, y conseguir que las cosas que te parecen un mundo no lo sean tanto.

En definitiva: He leído mucho. He escrito mucho. Y finalmente he encontrado una fórmula que voy a contarte a continuación:

EMPACHO DE VALOR; HARTAZGO DE CRECER

A ver.

Esto es importante. 

Tengo varios artículos como este, o este, sobre los libros que más me han ayudado a mí y a mucha otra gente a ser «mejor persona». (¿Mejor para quién?)

Todos dejan una huella. Si no no los habría recomendado.

Pero habría que ser poco inteligente para no darse cuenta de que en la práctica… o sea, en tu vida, después TODO sigue igual.

Cuando te empachas de valor, tu mente termina vomitando todo lo que tendría que haber absorvido

Mismos problemas, mismas reacciones por tu parte. Como mucho algunos te dejan alguna secuela de felicidad durante unas horas, o unos días.

Mientras lees te invade una especie de iluminación… pero luego no. Era un espejismo.

Luego vuelves al eterno día de la marmota. A tu triste pozo.

A no saber qué maldita sea hacer con tu monótona vida.

Y aquí quería yo llegar:

Te empachas de valor para salir de ahí, y tu mente lo que termina por hacer es vomitar tanto exceso.

En un momento dado, empiezas a «crecer» tanto, que no te da tiempo de abrir un hueco en el techo y te das un buen coscorrón.

Bueno, pues lo que te propongo es lo siguiente:

Enviarte un email cada semana, contándote algo que te hará rumiar durante 7 cortísimos días sobre las ideas más potentes sobre la mente humana que se hayan escrito jamás.

Muchas irán en la misma línea, para que las refuerces.

Con esto pretendo:

Que te lleves mejor contigo mismo, porque la convivencia será hasta que la muerte os separe, sin posibilidad de renuncia, separación o divorcio.

Que evites los «empachos de valor» de los libros de crecimiento personal.

Que ahorres tiempo en tu desarrollo. Tengo 2 niños pequeños, una casa que arreglar y 3 proyectos que atender. No me gusta perder el tiempo. Así que prometo no hacértelo perder a ti tampoco.

Que vengas a vernos o que me conozcas en alguna sesión privada. (Escríbeme para más detalles).

¿Te mola la idea?

Pues te calzo el cajetín (que no calcetín) para que te suscribas.

MI COMPROMISO:

  • Volcarte un jarro de agua fría (revitalizante) en cada email.
  • Responder a todas tus dudas sobre lo que te envío.
  • Permitir que canceles la suscripción en cada email que te haya aburrido.

¿No te convence?

Como diría Groucho Marx: 

Estos son mis principios, pero si no te gustan tengo otros:

Puede que necesites saber un poco más sobre la persona que va a estar rayándote un día a la semana:

  • Nací en Valencia, he vivido en 3 países distintos, y mi sueño es vivir en la Hoya Gualy. Consigo hacerlo durante unos 3 meses al año. (No todos los años).
  • Soy una friki de los idiomas, las culturas y…claro: de viajar.
  • Tengo una niña muy feliz y presumida de 5 años, un niño divertidísimo y con vocación de kamikaze de 3, y un bebé muy feliz y pedigüeño de menos de 1. Esto significa que mi tiempo «de calidad» para todos brilla por su ausencia (aparentemente).
  • En algún momento de mi vida conseguí ser minimalista. Luego unos bebés invadieron mi casa.
  • Tengo sentimientos encontrados respecto a las tradiciones y la evolución.
  • Soy reticente al cambio pero me encanta cambiar.
  • Me dedicaba a comunicar a través de las palabras (letras y eventos mediante).
  • Tengo otras 2 webs que me ayudan a pagar tejas (junto con esta) y en las que recomiendo cosas sobre las que sé algo. Una sobre el descanso y otra sobre muebles de madera.
  • Voy de guay con mis emails, pero, aunque si me hubieras conocido hace 10 años hubieras flipado con el cambio, sigo fallando en mis propósitos año tras año…
  • …Por eso he cambiado a una estrategia que me funciona mucho mejor. El lema es: Los objetivos son para perdedores. Y también hay algo de esto en mis emails.

LOS PILARES DE MI VIDA:

1. SER RICA EN TIEMPO (Y, POR CAUSA DIRECTA, EN DINERO):

Descarté hace mucho tiempo vivir en una cueva sin calefacción ni Thermomix. Simplemente creo que a día de hoy no es para mí. Por eso no me queda otra que vivir con dinero, como tú.

Al haber descartado vivir a un lado de la malvada sociedad «productivo-consumista», no tengo más remedio que comprar mi tiempo con dinero.

Considero el TIEMPO, como LO MÁS IMPORTANTE QUE ME HA DADO LA VIDA.

¿Pero cómo se hace para poder acceder a ese «tiempo» creado para ti, en esta sociedad? Pues «trabajando» lo mínimo posible. O sea: consiguiendo que el dinero trabaje por ti, y no al revés. ¿Esto es posible? Creo que sí, pero aún no he descubierto el secreto. Estoy en ello.

Por ahora lo que he descubierto es que usando tu tiempo para «crear», que para eso somos «creación», puedes conseguir dinero.

Luego, puedes poner ese dinero a trabajar para ti, pero para que tenga la fuerza suficiente, tienes que tener mucho.

Y en esas estamos. Voy contando mis descubrimientos y avances por la newsletter. (Llevo unos cuántos).

2. TENER SALUD FÍSICA Y MENTAL.

Como dice el tío que me abrió los ojos respecto a esto (el de Genteinvencible): «Flácido e inseguro es más difícil ser feliz.»

Y claro, hacer ejercicio, meditar, y alimentarse «BIEN» también requiere espacio y tiempo.

3. RELACIONES SOCIALES SATISFACTORIAS

Ni más ni menos que poder dedicar más tiempo a los míos: a mis hijos, a mi pareja, a mis padres, a mis amigos… Y por qué no, a ti.

4. NATURALEZA

Ya vivo rodeada de naturaleza, pero además trato de aportar mi granito de arena para reconvertir el planeta en un lugar más «natural».

También eso requiere tiempo: Tengo un huerto, y en breve llegan gallinas.

Teniendo en cuenta que el día solo tiene 24 horas y que entre 7 y 8 tenemos que dormir, y otras 8-10 trabajar, y además dedicarte tiempo a ti mismo, a tu pareja, a tus amigos y familiares, a tus hijos… en fin. Sociedad del Bienestar, lo llaman.

¿Te sientes identificado con esto?

Pues te vuelvo a calzar el cajetín, porque te contaré el sistema que he creado para encontrar EL TESORO que la humanidad ha perdido, sin salirme del sistema (demasiado).

INSISTO:

  • Recibirás un jarro de agua fría (revitalizante) en cada email que te llegue.
  • Responderé a todas tus dudas sobre lo que te envío.
  • Permitiré que canceles la suscripción en cada email que te haya aburrido.

¿Aún no? ¿No ves cómo voy a poder hacer algo por ti a base de emails?

Mira.

No soy ninguna cambiavidas.

Si lo fuera ya habría cambiado la mía y estaría subiendo el Himalaya con un sherpa que me ayudara a cargar una botella de 3 litros de Moët & Chandon rosé.

Lo más cerca que estoy ahora mismo de esa visión es cuando voy a pasear a mi perro, Sherpa.

Lo que sí parece es que las «acerco». ¿A dónde? 

No te lo digo, te lo narro:

Cuenta la leyenda, que en un país muy lejano de cuyo nombre no quiero acordarme, había un camino.

En ese camino había una puerta enorme y roja cada 100 metros. Un camino con miles de puertas rojas.

Una detrás de otra. Cada 100 metros.

Pero de repente, al cabo de muchos kilómetros, te dabas cuenta de que la última era amarilla como el sol.

Bueno.

No sé si ves por dónde voy.

Antes te he dicho que sigo sin cumplir un montón de propósitos y sigo sin tener «exactamente» la vida que quiero. Pero que si me hubieras conocido hace 10 años, fliparías con mi yo de ahora.

¿Lo pillas?

Cada email será una puerta.

100 metros más. Un rojo un poquito más cerca del naranja.

Con todas las píldoras y experiencias que me han hecho cambiar.

Y de repente, un día, serás amarillo serás el cambio que querías ver.

Sin sufrimiento.

Sin fricción.

Sin darte apenas cuenta.

Simplemente verás pasar los emails, como las puertas.

Y un día… ¡Oh!

Mi compromiso...

  • Volcarte un jarro de agua fría (revitalizante) en cada email.
  • Responder a todas tus dudas sobre lo que te envío.
  • Permitir que canceles la suscripción en cada email que te haya aburrido.

Puedes cotillear las redes para ver algunas fotos bonitas que publicaba antes.

(En mi frikismo minimalista decidí que las redes me quitaban más que me aportaban, y ahí se han quedado).

Instagram